BANI es un acrónimo que se usa para calificar determinado contexto que afecta al desempeño de las empresas. El entorno BANI se denomina así por las iniciales de Brittle, Anxious, Nonlinear e Incomprehensible, que en español podemos traducir por frágil, ansioso, no lineal e incomprensible. Se trata de un concepto acuñado por Jamais Cascio, antropólogo, futurólogo y escritor estadounidense.
Anteriormente al surgimiento del entorno BANI, solía hablarse de entornos VUCA, un acrónimo de Volatility, Uncertainty, Complexity, Ambiguity, es decir, se usaba para hablar de entornos vulnerables, inciertos, complejos y ambiguos. Actualmente, son muchas las personas que piensan que los entornos VUCA han quedado obsoletos y que, en el contexto actual, definido por la situación post-pandemia, la guerra, el desabastecimiento, la inflación y el riesgo energético, es mejor hablar de entornos BANI.
Podemos traducir brittle por frágil o quebradizo. En un mundo BANI, un sistema puede aparentar que funciona bien, aunque esté al borde del colapso. Por lo tanto, hay que tomar precauciones y estar alerta, aunque las operaciones empresariales parezcan fiables e inquebrantables.
En un contexto como el actual, cualquier mercado puede estar a punto de romperse. Algunos sectores (como la cadena de suministro, la energía y las relaciones internacionales) pueden causar perturbaciones en otros y, en consecuencia, en el mundo entero.
Un entorno BANI también sufre de ansiedad o incertidumbre. Es la consecuencia natural de un entorno que puede quebrarse en cualquier momento.
La incertidumbre se ve alimentada por la gran cantidad de información disponible, que puede llevar a que las empresas corran demasiado y se precipiten tomando decisiones.
Por otro lado, las empresas también tienen miedo a tomar las decisiones incorrectas. El resultado de esta situación es la pasividad y la incapacidad de tomar decisiones ante las dudas, las críticas y la cantidad de información disponible (no siempre fiable).
Un entorno BANI no es linear, es decir, causa y efecto ya no son una estructura que se repite en todos los casos Por lo tanto, concebir acciones y planes a largo plazo ya no tiene sentido, si no se valora la posibilidad de dar pasos atrás y rectificar.
En el contexto actual, hay que estar preparado para avanzar y retroceder en cualquier momento, dado que los efectos de las decisiones sobre la economía, los problemas climáticos y la salud pública pueden no tener fecha de aparición ni de final.
Si el entorno VUCA se caracterizaba por ser ambiguo, el entorno BANI va más allá y se hace incomprensible.
El ser humano se esfuerza por encontrar respuestas, pero no siempre es posible encontrarlas en el escenario actual. Curiosamente, tener más información no significa saber más sobre las cosas que suceden. De hecho, puede provocar el efecto contrario: el ruido aumenta, junto con la dificultad para encontrar una verdad universal.
Todo esto, unido a un entorno no lineal, quebradizo y lleno de incertidumbre, hace casi imposible comprender la magnitud de todo lo que sucede.
No hay fórmulas maestras, dado que cada empresa o sector tiene unas características diferentes. Sin embargo, sí hay varios ingredientes indispensables para convertirse en una empresa resiliente y sobrevivir en un entorno BANI:
La capacidad de cambiar los planes, reestructurar los equipos, optimizar gastos, y transformar la forma en la que se trabaja es más importante que nunca en un entorno BANI. Para esto, apuesta por la flexibilidad en todas las facetas del negocio, desde las operaciones a los espacios de trabajo.